Intervenciones actuales en los tratamientos de la toxicomanía : ¿cuál es la estrategia de la reducción de daños?.
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- A.01 J82j Raa
Este escrito del hecho, decimos que de método, de que toda interrogación-investigación sobre la toxicomanía no puede dejar de interrogarse sobre aquello a lo que las drogas siempre han aludido, o sea el placer y el cuerpo. Es un hecho también de que toda interrogación sobre los dispositivos y las políticas que la llamada toxicomanía va promoviendo-recordemos que se trata de una definición, la de la toxicomanía, siempre inestable, mutante podríamos decir-, es un hecho que no podría desconocer la manera en que cierta lógica del placer estaría allí operando, justamente allí donde se pretende operar sobre cuerpos. Rápidamente se advierte un problema, de método, que no se puede desatender. Se tratará entonces de poder ubicar las razones por las que la definición del objeto investigado va cambiando su ubicación. Es un hecho entonces de qué se trata de algo historizable. La toxicomanía es historizable tanto como el placer lo es.
La lógica mercantil del placer como valor ya fue puesta de relieve por el psicoanálisis al referirse a la diferencia entre el placer esperado y el placer obtenido. Lo que aquí se deja ver como un salto deja serlo si pensamos que la mercancía como sustrato de todo valor es lo que a su vez regula las relaciones en la Polis, y que es a su vez lo que regula las relaciones del sujeto con el semejante; lo que con Freud podemos llamar una identificación, y con Lacan alcanza el estatuto de una subjetivación, aquella que con la alineación de la imagen el espejo produce. Esta es la razón también por la que Lacan encuentra a la plusvalía en el corazón de la subjetividad moderna.